La ciudad nos recibió con amabilidad. Un clima por demás agradable y que extraño muchísimo nos acompañó durante la semana que estuvimos paseando entre las calles que rodeaban nuestro hotel y nos conectaban con el centro de convenciones más grande que he visto en mi vida. Ahí, emocionada me registré junto con los demás como una profesional (yay!) y fue así que recibí el libro con el programa del evento (si, libro) y esa bolsa morral gigante de la warner que no solo me hacía ver tan chistosa caminando como pato, sino que me sirvió para transportar todas mis compras y freebies que casi me hernian.
Sobre la marcha aprendí algunas mañas para sobrevivir y disfrutar bien del evento. Una de las más importantes es que tienes que planear bien lo que vas a hacer. Hay cosas tan geniales en distintos puntos a la misma hora y el evento es tan masivo, que es imposible abarcarlo todo. Aquí es donde verdaderamente se pone a prueba si quieres hacer cola para pedirle un autografo a Yoshitaka Amano o te levantas a las 6:00 am para entrar al panel de Glee (lo hice, déjenme!) Claro que existen sus excepciones. Muchas veces hice cosas muy divertidas simplemente por ser espontánea o salir a pasear a la ciudad y ver qué me encontraba. Fue así que me colé al estreno exclusivo de la movie de Scott Pilgrim vs the World y de la misma manera me topé la marcha zombie que anualmente hace su recorrido por las calles del centro.
Para mi deleite, la Comic Con estuvo llena de zombies. Me tocó que ahí se hizo el anuncio de la adaptación a televisión del cómic de The Walking Dead, una historia del fin del mundo con muertos vivientes buenísimo que también proliferó en la Con por obvias razones. Había zombies caminantes por todo el lugar, en una réplica del interior de un set de la serie, en el salon de conferencias, en las calles, en las aceras; destripados, cojos, con huesos salidos o comiéndose alguna cosa indescriptible. Muchas veces si me asusté porque no me los esperaba; pero al mismo tiempo no pude dejar de admirarme por sus caracterizaciones y tomarles fotos como buena fan.
Claro que no todo era entretenimiento, peliculas, series y gente disfrazada, también la Comic Con te brindaba la oportunidad de mostrar tu portafolio con editores, tratar negocios directamente si ya estás un poco más involucrado en el medio y compartir experiencias con otros profesionales; además, también se podían ver muy de cerca personalidades importantes de la industria como al señor Stan Lee o artistas famosos como Adam Hughes y Milo Manara. Yo misma pude conocer a Stephen Silver y a Fracisco Herrera, ambos diseñadores de personajes que admiro mucho; y cómo olvidar mi experiencia al entrar a la conferencia del señor Ray Bradbury y quedarme al borde del llanto por su bello discurso dedicado a los grandes amores de su vida: los libros y los cómics.
Dándome vueltas por los pasillos de los artistas independientes me encontré con gente muy talentosa como José López, (de cuyo estilo me enamoré al instante al ver sus sketchbooks llenos de mariachis samurais). Curiosidades, como unas fotos retrato que se volvían zombies cuando las veías desde otro ángulo o unos graciosos sombreros tejidos que sólo un orgulloso browncoat conocería. ¡Simplemente épico!
Para mi, la Comic Con fue una oportunidad más para convivir con mis amigos (Muchas gracias al Mudo por invitarme y a Josh y a Campillo por siempre cuidarme) y ayudarme a abrir los ojos a este inmenso mundo de historias dibujadas en papel que cada día me da una nueva probada de su color. A veces blanco, a veces negro. Lo cierto es que nunca deja de ser sorprendente.
Aquí dejo algunas fotos del trip
3 comentarios:
pero viste ewoks o no viste ewoks???
woooo, que padre Bere, la verdad se ve que fue una super experiencia, ojalá que sigan saliendo de estos viajes que te habren los ojos O.O, que chidoooo
@Marina si vi! y muchas princesas leias también
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